Seis de cada diez fisioterapeutas de nuestro país han sido agredidos, ya sea física o verbalmente, en los dos últimos años de pandemia Covid-19 mientras desarrollaban su labor en los centros sanitarios o sociosanitarios. Unos lamentables episodios de violencia que acachan, en mayor medida, a la crispación social generalizada y a la falta de personal suficiente para atender a los pacientes.