Cada verano se repite la misma situación. Camas que quedan vacías, servicios cerrados y pruebas diagnosticas aplazadas que convierten, en ocasiones, los servicios de urgencia en un caos. El Sindicato de Enfermería ha denunciado que el número de camas que se cierran este verano superan las 12.000. La razón que justifica para la organización sindical este cierre es el criterio economicista y de recorte de las diferentes administraciones sanitarias. Esta situación afecta también a Atención Primaria y obedece a la falta de profesionales por la ausencia de contrataciones.