Una habitación propia ha sido, y es, una manera de reivindicar lo que es justo. Desde su publicación en 1929, el nombre de este ensayo de Virginia Woof se ha convertido en una especie de código universal de defensa de los derechos humanos y la igualdad de la mujer. Una fórmula de lucha de tu espacio propio. Y esto es extrapolable a muchos ámbitos. Este 8M queremos regalarnos a nosotras mismas un momento para reflexionar sobre nuestro espacio profesional de independencia y autonomía. Ese que tanto nos ha costado conseguir. Sin crispación. Sin palabras fuertes. Si no desde la satisfacción del trabajo bien hecho. Así es nuestra habitación propia.